Llevar una adecuada alimentación es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, del sistema cognitivo, para mantener una salud óptima y nuestro sistema inmune preparado para afrontar los retos que el día a día nos va presentando. Según algunos expertos, no es posible fortalecer nuestro sistema inmunitario, pero sí evitar que este se debilite. Gran cantidad de estudios muestran que una mala alimentación está directamente relacionada con patologías crónicas, como la diabetes, la hipertensión, sobrepeso y obesidad, problemas bucodentales e incluso se investiga su relación con el cáncer o el Alzheimer entre otras enfermedades. Aprender a comer de forma correcta para tener buenos hábitos alimenticios nos dará las bases para una vida sana y llena de energía física y mental, disminuyendo así en gran medida las probabilidades de enfermar.

Pero no olvidemos que la alimentación es mucho más que una necesidad fisiológica. Comer es un placer y comer de forma adecuada no tiene por qué serlo menos. Una alimentación saludable debe ser también apetecible, de forma que no nos cueste mantenerla en el tiempo. Podemos alimentarnos de forma correcta y equilibrada, acorde a nuestras necesidades, sin tener que sufrir o verlo como una privación de ciertos alimentos que, en realidad, muchas veces, ni siquiera lo son. En ocasiones confundimos alimentos con productos comestibles. Por desgracia, hoy en día tenemos a nuestra disposición demasiados de estos productos, que nos producen una recompensa al paladar inmediata pero que, por otro lado, nos debilitan y, a veces, también nos llevan a tener sentimientos de culpa con los que tendremos que luchar después. Una buena elección de alimentos nos ayudará a no tener que lidiar con ningún sentimiento negativo y es la mejor y la primera forma de prevención contra las enfermedades.